Estamos en la mitad del rodaje. Nos falta la mitad. A partir de ahora, irá quedando menos de lo que llevamos rodado. Se puede empezar a decir que estamos acabando. ¿Y cómo estoy de ánimo a estas alturas? Pues bastante bien... me gusta lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo (aunque odio mi trípode, que traquetea como su puta madre).
Aún quedan muchos sitios donde cagarla, pero me siento tranquilo porque el equipo está ahí a saco., sugiriendo, corrigiendo, aguantándome... y lo más flipante: ¡¡haciéndome caso!!
Ayer fue una de las jornadas más bonitas de todo el rodaje: rodamos, creo, casi todos los puntos de inflexión de los personaje de Ángela y Jesús seguidos, saltando de uno a otro, sin tiempo de pensar, a lo bestia. No sé si con otros actores distintos esto hubiera sido posible, pero me asombra la enorme confianza en mí que derrochan... Casi me abruma y, a veces, me hace pensar que no estoy a la altura de su generosidad.
El montaje (que ahora me empieza a "preocupar" más que el rodaje) será quien tenga la última palabra, quien dictamine si todo lo que estamos haciendo tiene lógica o no... yo voto porque sí.
Y hoy, más y mejor.
PS: Este blog cada vez se parece más a un "gracias" constante... el almíbar se derrama por los cuatros costados de cada píxel... un poco soso, ¿no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario