viernes, 16 de diciembre de 2011

LA VIDA EN PEQUEÑITO

Tengo el blog un poco abandonado.

Retomémoslo para decir que el rodaje principal acabó... a falta de una escena que se supone que se iba a rodar la semana pasada, pero no pudo ser; se supone que se iba a rodar mañana, pero no va a poder ser (vamos, la clásica escena que se rueda unos años más tarde creando todo tipo de entrañables fallos de racord). En cualquier caso, estoy contento. Ha sido una experiencia muy bonita, que me ha dado la oportunidad de trabajar con gente a la que admiro desde hace tiempo y de conocer a gente fantástica: personas que están tan locos como yo para aguantar un rodaje de dos meses y pico... y encima sentirse tristes porque se acaba.

Yo no estoy triste porque se haya acabado, porque, a pesar de sentirlo como "una experiencia muy bonita", odio los rodajes... sí, lo sé, puede ser un problema si eventualmente te dedicas a esto de hacer películas, pero es cierto: lo veo como un doloroso trámite que va entre la pre y la post-producción. Sobre todo cuando no tienes pasta... todo son decisiones de compromiso: raro es el día en el que terminas la jornada con la sensación de que lo que has rodado es mejor de lo que tenías en mente (alguna vez pasa, y suele ser gracias a los actores: lo único positivo que tiene rodar). Supongo que en un rodaje "de verdad" habrá una sensación un pelín diferente... pero me temo que solo un pelín. Vamos, que voy a tener que apechugar con el sufrimiento de decir acción y corten durante mucho tiempo... ya se sabe que sarna con gusto no pica.

Entiendo perfectamente a Robert Zemeckis y su manía de hacer pelis con motion capture o cómo se llame: espacios 100% controlados (sin tener que luchar con vecinos o las inclemencias del tiempo), movimientos de cámara imposibles realizados con facilidad (sin trípodes que hacen tracatraca cada dos por tres), incluso (y que conste que ya he dicho que trabajar con los actores es lo único que me gusta de los rodajes), pudiendo rehacer las interpretaciones en el montaje mucho más allá de lo que Kuleshov jamás hubiera soñado...

 rodando...

En cualquier caso, teniendo en cuenta nuestro presupuesto y las condiciones en las que hemos tenido que trabajar, ha sido un rodaje tremendamente plácido: creo que solo he tenido una salida de tono y me he puesto a gritar a alguien sin motivo (lo siento otra vez, Jorge); creo que solo ha habido un día de trasnochar (y porque empezamos tarde, no porque la jornada se estirara lo indecible); creo que no me he dejado ningún plano vital sin rodar (nada que no se solucione con el museo de los insertos... ya le dedicaré un post, o puede que recicle uno antiguo que escribí mientras montaba "Mí" y que creo que está bastante bien para lo que soy yo escribiendo). En general, todo ha ido bastante mejor de lo que esperaba que fuera a ir.

Y eso ha sido gracias AL EQUIPO... A todos y cada uno de ellos, que, a pesar de mis neuras, de mis atascos mentales por cualquier tontería, de mi absurda manera de llevar una producción, han estado ahí, al pie del cañón durante estos 20 días (sí, solo 20 días de rodaje... repartido en dos meses, pero solo 20 días de rodaje real). Gracias a ellos, a que venían día tras día con una sonrisa en los labios (a veces con legañas y un bostezo, pero siempre sonriendo), no he tirado la toalla en más de una ocasión... si ellos volvían, es que no lo debía estar haciendo tan mal, ¿no?... pues eso.

Porque, aunque odio los rodajes, también AMO LOS RODAJES.

Y es que un rodaje es como la vida en pequeñito: pasas por todo tipo de situaciones, pero en concentrado. En un momento dado, quieres matar a alguien y, al segundo siguiente, te quieres casar con él/ella... un ridículo torbellino de sentimientos y sensaciones que, a pesar de todo el caos y la furia contenida, hacen que esto de hacer películas sea algo más que "hacer películas": hay cosas que no se reflejan en las imágenes que grabas... no, hay cosas que son solo nuestras, del equipo, cosas por las que ninguno de esos pobres infelices que no saben lo grande que es esto del cine jamás pasarán...

Así que quiero dar las gracias a todos los que han compartido la experiencia de rodar "Buenas Noches, dijo la Señorita Pájaro"... y lo hago así, en general, sin entrar en lo personal, porque me aterra olvidarme a alguien.

Sois gente maravillosa.

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