domingo, 29 de abril de 2012

EL SÓTANO DEL MIEDO

Hace unos siete meses (dios mío, ¡siete putos meses!), durante un fin de semana realmente demoledor, nos encerramos en una preciosa casa en Segovia (mil millones de gracias, Jaime, sin ti, aún estaría buscando la localización) para rodar el clímax de la peli. Y fue demoledor por varios motivos: primero, porque rodamos en dos días los que se tenía que haber rodado en tres; segundo, porque un servidor de ustedes estaba enfermo (peor que la fiebre era el atontamiento que provocaban los medicamentos para bajarla) El caso es que, entre las prisas y las drogas, esas jornadas de rodaje son una especie de nebulosa... realmente no sé ni cómo acabamos.

Pues bien, en las últimas semanas he estado editando todo lo que se rodó entonces (ya he comentado que no puedo editar todos los días, así que el trabajo se prolonga más de lo que me gustaría): hay que tener en cuenta que, debido a la fiebre y a las prisas, lo que se rodó durante esos enloquecidos días tiene un aspecto "extraño"... todos los encuadres son incorrectos y las decisiones, cuando menos, cuestionables. Pero eso no es necesariamente malo, ya que el clímax de la peli sucede en la casa de uno de los personajes, el cual no está demasiado bien de la cabeza, así que todas esas incorrecciones (que no se repiten en el resto de la película... o al menos no con tanta profusión) hacen que una situación de por sí ya enloquecida luzca aún más bizarra.

A esto hay que añadir que, ahora mismo, vuelvo a estar acatarrado, y me encuentro en un estado de semifebril atontamiento muy similar al de aquel fin de semana, así que creo que toda la locura de lo rodado se está multiplicando gracias al montaje... En fin, ahora revisaré lo que hice anoche y comprobaré si me he pasado o si tanta insensatez tiene algún sentido: pase lo que pase,  los últimos 10 minutos que he editado son lo más bizarro que he hecho nunca.

¡Ah!, la película ya ha alcanzado los 90 minutos... y aún queda un poquito para terminar.


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