jueves, 27 de octubre de 2011

UNA PELÍCULA SIN DIRECTOR


El domingo pasó una cosa curiosa que me ha hecho desarrollar toda una absurda teoría de esas que me vienen a la cabeza durante estos pesadísimos cinco días que separan jornada y jornada de rodaje .

Mientras fui a coger otra batería para la cámara, Clara, mi ayudante de dirección, comenzó un debate intensísimo con Jesús y Ángela en torno a las motivaciones de sus personajes durante la escena que estábamos rodando: Clara sostenía (con buen criterio por otro lado) que la reacción de los personajes era un poco confusa, pero los actores no estaban de acuerdo y defendían su visión de la escena como gato panza arriba. A pesar de estar muy pendiente a lo que decían, no me metí en la conversación, porque quería ver hasta que punto Ángela y Jesús entienden a los personajes... y ya lo creo que los entienden: lo que ellos estaban haciendo y defendiendo ante Clara era exactamente lo que yo quería que los personajes hicieran en ese momento. Luego se me olvidó decirles a los actores que, si no los había defendido o apoyado, era porque ellos lo estaban haciendo muy bien y que, de ese modo, se estaban convenciendo de que iban por el camino correcto, eliminando cualquier posible inseguridad (fallo mío, lo siento).

Y es que, como otras muchas veces en el rodaje, el domingo no tuve que dar ni una sola indicación a los actores, porque no necesitan que los dirija... porque ya lo he hecho con el guión: cuando escribo, la verdad es que soy absurdamente obsesivo con los detalles, porque, como pienso en que voy a ser yo quien va a dirigir ese guión, ya estoy metiendo más indicaciones de las habituales en el texto, y así no se me olvidan, pero también sirven para que, mientras leen, la gente pueda visualizar mejor la película que quiero hacer. Así que puedo afirmar que a los actores no necesitan que el director los dirija, sino que los ha dirigido el guionista mientras leían el guión. Y ahí no queda la cosa: a nivel visual, son el director de fotografía y el editor los que llevan el timón de la peli... Sí, todos soy yo, pero es cierto que el enfoque no es el mismo: estoy dirigiendo, pero no como director.

Hasta el César-Productor toma más decisiones que el César-Director.

Puede que todo esto no sea que una excusa barata para justificar mi muy sui gueneris forma de llevar el rodaje, pero es que ya he hecho otras películas y creo que nunca han sido así: el director de foto y el editor eran otras personas ("Mí" terminé montándola yo, pero durante el rodaje la idea era otra), y eso, por pequeño que sea el equipo, siempre hace que sientas menos presión y puedas centrarte en otras cosas más exclusivas del director. En "Buenas Noches..." no digo "necesito una luz de atardecer" y espero que el dire de foto lo haga: me pongo directamente a iluminar yo.

A veces, Juanjo, Pedro o Norber se me adelantan y van poniendo ellos los focos como creen que los voy a necesitar para que pueda centrarme en ser director, pero, incluso en esos momentos, no miro al plató como tal, sino como editor: ya estoy pensando en dónde voy a cortar, cuántos planos necesito para cubrir la escena, etc... confiando siempre en que el guionista haya dirigido bien a los actores y que ellos no necesiten sacar al director de su caravana un día más.

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