sábado, 31 de marzo de 2012

EL EDITOR QUE DIRIGÍA

Con cada proyecto nuevo en el que me embarco, más consciente soy de que el montaje es la parte más importante de todo el proceso... y de que, en realidad, no soy director: soy un editor que dirige. Ya hace unos meses, en medio del rodaje, lo apuntaba en un post de este blog, pero ahora lo confirmo del todo. Y no es que me preocupe, todo lo contrario: el hecho de que pensara como montador durante el rodaje me facilita mucho las cosas ahora. El montaje va bastante bien... no tan rápido como me gustaría, pero sí que de forma segura: casi, casi puedo decir que no voy a variarlo demasiado una vez que termine la primera versión.

El ritmo de la película es ciertamente enloquecido, haciéndose muy amena, a pesar de que haya minutos y minutos de gente hablando. Y las escenas en las que la gente no habla también son muuuuy potentes. Creo que se nota como he madurado como "peliculero" entre "Mí" y esta... no digo que sea mejor, pero sí más madura. Y aunque es bastante más clasicota, sigue siendo tremendamente macarra: al haber muchos menos efectismos, estos son más potentes y llaman más la atención (pero porque están colocados donde se suponen). También resulta maravilloso el ir encontrando pequeñas joyas en las interpretaciones: detallitos minúsculos que no percibiste mientras rodabas. Una mirada, una vibración en la voz, un parapadeo (o la ausencia de parpadeo) que hacen que algo que ya era bueno se convierta en excelente. Todos (pero todos, todos) los actores han tenido unas cuantas ya... A veces tardo un rato largo para decidirme entre una toma u otra, ya que las dos tienen cosas mágicas.

No creo que la cague de aquí al final del montaje, así que, de verdad, estoy muy contento con la Señorita Pájaro.


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